Para que un niño crezca sano y fuerte, requiere de un régimen alimenticio adaptado a las necesidades de cada etapa de crecimiento. Son los padres quienes deben educarse para brindarle el sustento adecuado, a fin de evitar enfermedades y trastornos que alteren su bienestar. Existen recomendaciones específicas para cada edad y condición, pero siguiendo pautas básicas, se puede proporcionar una alimentación equilibrada. Lo ideal es combinar la nutrición con ciertos hábitos y comportamientos que le permitan mantener buena calidad de vida, desde sus primeros años.
- Priorizar la ingesta de frutas, verduras y hortalizas.
- Regular la ingesta de chucherías y comida chatarra.
- Garantizar cinco comidas, tres principales y dos meriendas. El desayuno es la más importante. Debe contener cereales o carbohidratos, proteínas, frutas, jugos naturales y lácteos.
- Evitar el consumo de bebidas gaseosas o refrescos, ya que son la principal causa de obesidad infantil.
- No abusar en el uso de aceites. Las frituras se pueden a limitar a dos veces por mes.
- Controlar la utilización de sal.
- Cuidar las cantidades. Por bueno que sea su apetito, la porción de comida para un niño siempre debe ser más pequeña que la de un adulto.
- Procurar proporcionarle tres lácteos, dos menús con verduras y tres frutas al día.
- Dos veces por semana deberían ingerir legumbres, y otras dos pescados.
- Potenciar la toma de agua. Ocho vasos por día es la norma.
- Frenar el consumo de mantequilla o margarina.
- Mientras más alimentos vaya probando y conociendo desde las primeras etapas de vida, más fácil será su adaptación futura.
- A la hora de servir, llene la mitad del plato con proteínas saludables, un cuarto con verduras, legumbres u hortalizas y el resto con carbohidratos.
- Respetar los horarios de comida.
- Disminuir las distracciones durante la comida.
- Invitarlos a comer para que se parezcan a sus personajes preferidos es una práctica que nunca falla.
- No proporcionar leche descremada a los chiquillos menores de dos años, a menos que el galeno lo indique.
- Enseñar con el ejemplo. Si comes variedad y les das a probar, con amor y cariño, ellos también querrán hacerlo.
- La regla del plato limpio no funciona y menos si no les provoca.
- Suministrar cubiertos adaptados a su edad y, cuando sea posible, permitirles intervenir en el proceso de preparación de sus comidas, tomando en cuenta sus preferencias y opiniones.
- Usar la creatividad para diseñar menús divertidos y coloridos. Para los niños, la alimentación entra por la vista. Mientras más variedad, mucho mejor.
- Aunque no esté vinculado directamente con la nutrición, para cuidar la salud del niño es importante promover la práctica de ejercicios al aire libre como correr, nadar, andar bicicleta o trotar. También es vital limitar las horas de televisión o videojuegos a dos horas diarias. Esto les ayudará a desechar el sedentarismo.
- El sueño es fundamental. Lo más sano es que puedan descansar al menos ocho horas cada día.