Iniciar una vida fitness y adelgazar no es imposible. Solo hay que ponerle ganas, y entender que forma parte de un proceso que requiere planificación y compromiso. Los libros, las revistas, la Internet y otros tantos medios, están repletos de información que, bien aprovechada, pueden llevarte por el camino correcto.
De la mano de un especialista los pasos serán más firmes y seguros, pero quieras buscarlo o no, lo primero que debes saber, es que la carrera hacia la pérdida de peso es un proceso individual que debes asumir con constancia y responsabilidad. Con ello no nos referimos a que debes enfrentarlo solo, sino a que debes regirte por tus requerimientos, condiciones y aspiraciones personales.
¿Cómo hacerlo?
Trazadas las metas y con las fechas establecidas, podrás comenzar, y aunque parezca exagerado, debes hacerlo sacando del refrigerador y la alacena todo aquello que te haga sucumbir ante la tentación. Nada de galletas, golosinas, bollerías y eso que nos hace engordar.
Cumplido ese paso, deberás dedicarte a pensar en todo lo que pudiera estropear tu progreso. Es más fácil si conoces tus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Aunque parezca una frase sacada de un libro de mercadeo o administración empresarial (de hecho lo es), te ayudará a entender tu realidad y a mejorar los problemas que pudieras enfrentar.
Haberte deshecho de tus alimentos favoritos, es algo que a estas alturas aún te pesará, pero puedes iniciar despacio: La primera semana sacrificas las harinas refinadas, la siguiente reduces los juegos, la sucesiva te desligas del azúcar y de las grasas, y así paulatinamente hasta hacer de la alimentación sana tu mejor estilo de vida.
No olvides ir al supermercado. Escoge verduras, frutas, vegetales, legumbres, cereales integrales, proteínas, carbohidratos naturales y demás productos saludables.
Al retornar a casa, verás que tendrás un buen trecho ganado, pero es necesario y oportuno que consideres otros consejos que te harán ver cambios significativos en tu cuerpo y en tu cotidianidad. Aunque lleve su tiempo, los resultados valdrán la pena, así que toma nota y anímate a ser la persona sana, fuerte y escultural que tanto has soñado:
- Realiza un chequeo médico eventual para evitar complicaciones.
- Ingiere frutas a primera hora de la mañana, principalmente patilla, melón, piña y lechosa.
- Agrega vegetales a todas las comidas.
- Come entre 4 y 5 veces al día.
- Evita las dietas relámpago, los laxantes y los ayunos.
- Limita la ingesta de alcohol a dos tragos por semana.
- Lleva un control de la cantidad de calorías que se consumen al día para conservar un registro de los aspectos a mejorar, pero sin obsesionarte.
- Planifica una rutina de ejercicios acorde a tus preferencias, posibilidades y condición física. Lo ideal es comenzar con un entrenamiento de 20 minutos e ir aumentando paulatinamente.
- Vale la pena invertir en un poco de ropa, zapatos y demás implementos para elevar la autoestima.
- Recuerda que si entrenas en demasía, deberás ingerir más alimentos. Eso sí, los más saludables: frutas, vegetales, verduras, legumbres, pescado, proteínas y cereales integrales, entre otros.
- Mantén un buen estado de ánimo. Solo así podrás cultivar la confianza, la fuerza de voluntad y la constancia para lograr los objetivos deseados.
- Duerme bien. Ocho horas cuando mínimo.
- Controla el estrés a través de la práctica de yoga, pilates, meditación u otra terapia alternativa.
- Encuentra una motivación. Los grupos de amigos, las redes sociales, un evento próximo, la posibilidad de reforzar la salud… Cualquier cosa que te haga mantener la confianza y la vista fija en tus objetivos.
- Intenta concentrarte en el proceso y no en los resultados. En la medida en la que asumas el fitness como un estilo de vida saludable, más fácil te será llegar a la meta.